Estaba claro que estudiar no era mi pasión y en esa época era estudias o trabajas. Me buscaron un taller donde me soportaban dándome 5.000 pesetas a la semana.
Al ser el hijo del escultor y haber trabajado en esculturas alguna vez, tenía la suerte de escaparme del taller y mover piedras todo el día. Eso era un aliciente muy grande y supe aprovechar la oportunidad.
En ese tiempo se restauró La Dama del Paraguas y se hizo una copia que el ayuntamiento de Barcelona regaló a Japón. Yo tuve la suerte de estar cerca y lijar mucho.
Curiosidad, por lo menos nuestra Dama del paraguas está sujeta en lo alto de su fuente del Zoo con cuatro tornillos. El material del que está hecha, mármol de Carrara.
Encargaron un bloque del que podían salir dos esculturas pero al partirlo algo fue mal y solo quedó un bloque. No había posibilidad de error para entregar a tiempo el trabajo.