Todo el mundo intenta destacar en sus redes sociales, con platos, viajes, outfites, hazañas....
Te doy la posibilidad de diferenciarte desde tu propia casa.
Que miles de ojos vean tu deseo hecho realidad. Creo el mueble que buscabas, con los detalles que necesitas.
Simplemente hago realidad ese objeto único con el que quieres que te identifiquen, te hará sentir bien.
Son piezas hechas una a una o en pequeñas colecciones. Lo que me permite poner un cuidado especial en cada detalle. Saber lo que te deseas me guía al diseñar. Por eso me gusta poner el nombre de quien las va a disfrutar a las piezas. Así, cuando Eva, Antonio, Chloé..., gustan, se que hice bien mi trabajo.
¿Cómo te llamas? ¿Cómo se llama esa persona especial? Mi siguiente trabajo puede llevar tu nombre, su nombre.
Empiezo con un boceto a lápiz hasta llegar a una imagen en 3D que se puede ver desde todos los ángulos y con diferentes materiales.
Así podrás tomar tu elección y evitar sorpresas. Desde tu casa, sin desplazamientos.
Si es posible me gusta cambiar, no quiero repetir. Si te gusta algún diseño tal como se hizo para otro cliente, intento cambiar material, medidas, añadir algo que diferencie la pieza.
Ser el propietario del diseño me permite modificarlo o repetirlo si es lo que quieres, combinarlo con otras piezas. No hay límite.
Una pequeña estantería diferente, unas sillas que sigan el diseño del resto de mobiliario o el mueble del salón en módulos que combinen y puedas configurar, tus sillas para montarlas y usarlas cuando hay invitados y disfrutar del espacio el resto del tiempo.
Empezar desde cero creando el espacio que quieras y con el tiempo, tenerlo tal como soñabas.
Conoce algunas de mis obras y deja volar tu imaginación. Como verás, tengo predilección por las formas curvas, tanto en madera como en piedra. Líneas orgánicas que cultivo para ti y los tuyos, que transforman espacios. Crecen para que las disfrutéis.
Siempre me ha gustado mucho la geometría. Hacer que combinen, se desmonten, encajen, es posible. Así crearemos un lugar especial para ti.
Me llamo Santi, nacido en Barcelona. Doy forma a los volúmenes en piedra y madera y me gusta combinar con otros materiales.
A punto de cumplir los 17 y aprobando solo las asignaturas de dibujo técnico, dejé la FP.
Empecé con mi padre, escultor. Un monumento para ensalzar a la Virgen, que iba en un óvalo central. Mi primer contacto con máquinas, heridas, mucho polvo, ruido y la dureza del mundo de la piedra.
Aprendí a hacer el tono con el pegamento, unir brazos y cabezas que, por suerte, no se llevaban nunca, y NARICES, que se rompían y tenía que hacerlas nuevas. Por eso me salen muy bien, muy bonitas. Cuando llegaba una escultura que ya había restaurado y no la habían roto por donde yo la había reparado me sentía orgulloso, cosas de críos.
Mover mármol en el taller era cansado y, cuando te dejaban pulir o hacer taladros, ponías interés para que pusieran a otro a cargar. Así fui cogiendo manejo, tacto y las manos daban el visto bueno.
Fui aprendiendo a esculpir, a ampliar medidas de un modelo, situar volúmenes y el manejo del compresor, el sustituto de la maceta y escarpa de siempre, la radial grande y pequeña, cualquier máquina que hiciera polvo, ruido y fuera pesada, era nuestra amiga.
El dibujo lineal me ha ayudado a lo largo de mi vida. Sabía leer planos, dibujar piezas para hacer plantillas, saber los grados de las figuras geométricas sin tener que buscar nada y poder usarlos. Para trabajar con programas 3D es una ventaja muy grande.
Trabajando en el “Monumento a Castellón'', Barcelona fue declarada sede Olímpica (1986). Después de la mili (1987) viví tres años tensos en los que pasé por la mayoría de los monumentos y esculturas de las calles de Barcelona hasta el verano del 91.
Me casaba en agosto, había hecho y pasado las pruebas para la escuela de artes y oficios pero tuve que buscar otro trabajo y perdí esa ocasión de mejorar.
Haciendo las piedras labradas de la catedral de Castellón, la lesión de la espalda empeoró y me apartó del trabajo tres años. El último lo pasamos en el pueblo de mi mujer con mi hija recién nacida.
Cuando pude trabajar, decidimos montar un taller allí. Trabajar en el pueblo estaba bien, pero el mercado era muy limitado. Desde el principio intenté encontrar un producto que se pudiese vender fuera.
En 2010 cerré y estuve haciendo dos talleres de escultura. Después empecé a estudiar Grado Medio de Carpintero y Grado Superior de Diseño de Mobiliario.
En el verano de 2015 otro escultor me llamó para trabajar un tiempo en Palencia. La restauración del Monasterio de San Pelayo. Fue bueno conocer también al otro cantero que trabajaba allí, poder trabajar unos meses con él y conocer su modo de hacer y sus procesos.
Octubre de 2021, vuelvo a Barcelona por mi madre y hasta un año después no puedo empezar a hacer algún trabajo.
Empezar otra vez de cero, contando solo con la experiencia, es la aventura que voy a empezar.
¿Me acompañas?